Entrevista realizada en Argentina para la revista
“Machete” (2013), donde se abordan varios temas de interés histórico, de los
procesos internos del Frente y otros ligados a la coyuntura, que para efecto
del actual contexto político al cumplirse el 31º Aniversario del surgimiento del
FPMR, guardan valor y vigencia, a pesar de ser un material de dos años atrás.
ENTREVISTA EXCLUSIVA
A UN DIRIGENTE DE LA DIRECCION DEL FRENTE
¿Cómo surge el Frente Patriótico Manuel Rodríguez?
Bueno,
el FPMR converge con la Política de
Rebelión Popular del PC chileno, en el contexto de mayor tensión con la
dictadura pinochetista, al inicio de las primeras protestas sociales que la
confrontaron. La irrupción se produce el 14 de diciembre de 1983 con un apagón
nacional, sin embargo la construcción del Frente como estructura había
comenzado varios años antes en el llamado “Frente Cero”, luego de un largo
proceso de resistencia al interior del país, y también de acumulación de
experiencia en el exterior, de rabia y ansias de libertad después de tanta
represión, muertes, desapariciones, torturas, el Terrorismo de Estado que la
burguesía militarista chilena impuso a partir del Golpe de 1973.
¿Y cómo se logra alcanzar esos niveles de protesta….que rol cumple el
Frente
Paralelo
a las condicionantes políticas, económicas y represivas que fue generando la
Dictadura para encender el motor de la protesta social como reacción del
pueblo, tanto en Chile como en otras partes del mundo había gente preparándose
para algo superior, jóvenes de distintas tendencias (miristas, rodriguistas, comunistas, socialistas, lautaristas, etc),
de ideas revolucionarias e internacionalistas , guiados por el pensamiento
guevarista la mayoría, que en el caso de quienes nutren la estructura
clandestina del Frente, constituyeron los primeros cuadros operativos para las acciones
armadas orientadas a afectar el estado de ánimo de las fuerzas represivas, del
aparato pinochetista y su vulnerabilidad, estimulando la combatividad de la
población descontenta con el poder impuesto.
Ese
fue el rol inicial del FPMR en la política anti-dictatorial del PCCH, línea que
como aparato fue criticada por el Cdte. Raúl Pellegrín y la DN del Frente, por
lo limitada en cuanto a estrategia combativa, debido a lo cual en 1985 insisten
en que se adopte el Plan de Sublevación
Nacional, pero sin llegar a cuestionar aun las concepciones de la dirección
comunista, las posiciones infranqueable de su dirigencia tradicional y
reformista, con la que se produciría el quiebre definitivo en agosto de 1987.
El
Plan de Sublevación estableció un marco semi insurreccionar con medidas de mayor
envergadura militar y logística, la liberación de territorios, el desarrollo de
milicias populares, el ataque a centros neurálgicos de la economía y la
política (ingreso de armas, sabotaje mayor, el atentado al tirano, etc), medidas
que sin duda chocaban con las posiciones infranqueable de la dirigencia comunista
que había proclamado la “revolución pacífica” en el Gobierno de la Unidad
Popular, nomenklatura donde el naciente rodriguismo tenía muy poco que hacer (el
86 como “año decisivo” es parte de esta contradicción). Ello explica también que
ninguno de los cuadros del Frente fuera parte de la dirección política, aspecto
no menor en la toma de decisiones en cualquier proceso revolucionario, y que al
intensificarse la resistencia social y popular fue distanciando las posiciones,
trayendo consecuencias gravísimas para la lucha, el tipo de salida al régimen y
el rompimiento irreversible de la DN del FPMR encabezada por Raúl Pellegrín con
la Comisión Militar administrada por Telliers y Cia a nombre del PCCH.
¿Pueden detallar algo más sobre este quiebre entre el PC y el Frente?
A ver, quizás
lo más importante sea señalar los contenidos ideológicos y políticos que dieron
cause a la autonomía del FPMR, lo cual es mucho más significativo que los
detalles orgánicos de este rompimiento. Y por otro, el camino seguido
finalmente, con aciertos y errores, pero por sobretodo, lo que sirvió realmente
para la permanencia del Frente. Nos ha tocado asistir a tantos entierro de la
figura orgánica del Frente que se podría escribir un libro.
En lo formar,
hubo un proceso interno desde 1992 al 96 donde se elaboraron las tesis que
explicarían tanto el quiebre como la crisis posterior a la GPN y la muerte de
Raúl y Tamara, dos figuras fundamentales de la autonomía y nuevo rumbo del
rodriguimo. Es conocido que el Cdte José Miguel (Raúl) fue el primero en
postular que dentro del PC no existían condiciones para hacer un debate que
permitiera resolver de cara a la militancia la estrategia a seguir en uno de
los momentos más relevantes de la salida a la Dictadura (previo al plebiscito
del NO, que era el andamiaje de la derecha y la oposición burguesas para sacar
a Pinochet y asegurar las bases del sistema neoliberal implementado por éste).
Raúl Pellegrín refutaba
a la dirección del PC de abandonar la Política de Rebelión de forma solapada y
sin debatirlo al interior de ese partido, que habían conversaciones unilaterales
entre dirigentes del PC y la Alianza Democrática (origen de la Concertación),
para insertarse en el trazado del régimen y disputar desde dentro una hipotética
derrota del sistema pinochetista, y no el repliegue táctico que planteaban los
rodriguistas para rearmar las fuerzas y seguir batallando; en cierta medida mientras
la dirección del PC planteaba la conquista de un gobierno “lo mas avanzado
posible”, las bases comunista y los combatientes rodriguistas ya se planteaban una
guerra revolucionarias hacia la toma del poder. Por eso al unísono que el
Frente declaraba su autonomía con el secuestro del Coronel de Ejercito Carlos
Carreño (Operación Príncipe), el PC entraba como vagón de cola de la Campaña
del No. El quiebre con el PC se produce entre julio y agosto de 1987.
¿En qué se relaciona el Rediseño Político de Pellegrín, con lo
anterior?
Bueno, en casi todo…
tanto en lo teórico como en lo práctico, el análisis y hasta las conclusiones
del Rediseño están relacionados con la experiencia de Raúl en su formación
valórica y militar, de experiencia en Cuba y la Revolución Nicaraguense, en su
rol de constructor de cada aspecto del Frente, incluida su mística y
pensamiento, y por supuesto la experiencia más directa de este con la
burocracia partidaria y oportunista de la dirección histórica comunista.
Después del
quiebre, el Rediseño fue la respuesta al nuevo tipo de organización que creía
Raúl había que constituir, para dejar de ser un aparato útil a políticas
prestadas y mediocres, para sentar las bases de una orgánica integral
revolucionaria, con un propuesta y una actitud superior ante la lucha y sus
necesidades, incluso sus costos. Eso de dirigir los procesos desde los
escritorios, del discurso sin una práctica concreta, de la falta de valores y
principios, nula mística, audacia, sacrificio, eso le molestaba mucho, por ello
el “más que decir, hacer” que siempre recalcaba, tenía tanto ímpetu, y el que
no estuviera en el lugar donde se ejecutaba una operación complejas era casi imposible.
Ahora en lo
netamente político, el Rediseño era la respuesta también a la urgencia del
momento, ya no estaba el paragua partidario, quedaba todo por hacer. Entonces la
opción era completar el trazado inconcluso del Plan de Sublevación, pero
profundizándolo y dando a este un nuevo carácter, en el entendido que Pinochet
no se iría de buenas a primera, así surge la Guerra Patriótica Nacional (GPN).
¿Qué fue la Guerra Patriótica Nacional?
Según las
conclusiones del proceso de discusión interna generado a principio de los 90,
la GPN fue una estrategia militar en el marco de una construcción
revolucionaria potencial, no un programa o plataforma política, pero que Raúl y
quienes le secundaban no pudieron completar debido a su temprana muerte junto a
Tamara en los Queñes. Además, no existían condiciones para superar tan
brevemente las concepciones políticas de la cual se dependió tanto tiempo, y
menos establecer en corto tramo un proyecto que impulsara los nuevos desafíos y
programa de lucha y rebeldía que encarnaba el Frente; menos con el cambio de
correlación nacional y mundial que ya se vislumbran como preludio de la caída
de los sistemas socialistas de la Europa del Este.
Es cierto que
existió mucho voluntarismo, pero era inevitable, la militancia del Frente de aquel
entonces se formo arriesgando, poniendo el cuero. Manejaba las ciencias del
combate, pero carecía de suficiente experiencia política. Desde un aparato tampoco
se podía conducir un proceso de la magnitud que le toco vivir a este pequeño brazo
armado hermético, ni menos organizar estructuras y formas políticas que rebasaran
los frágiles límites de la seguridad en la clandestinidad.
Siempre que
comentamos esta etapa, decimos que eran años urgentes literalmente, muy rápidos,
fugases, lo que explica que no haya habido grandes elaboraciones ni el típico
líder carismático visible, menos con la persecución y exterminio que vivieron
las organizaciones revolucionarias tanto a fines de la dictadura militar como comienzo
de los gobiernos civiles. Era otra realidad, momentos del todo o nada, persecución
y muerte, alegrías y desencantos, sucediendo en 6 años lo que en tiempos
normales demora décadas, casi imposible de entender desde la relativa calma del
presente (tiempos pre-revolucionarios dicen algunos).
¿Qué balance sacan de esta experiencia?
Críticos, pero
también con mucha compresión y defensa de lo realizado, pues mientras otros
sectores retrocedían, se acomodaban, concedían, los rodriguistas junto a otros
hermanos miristas, lautaristas, nos mantuvimos al pie del cañón, dando la
batalla, y claro con problemas a la altura de la situación vivida, pero
luchando. Más aislados quizás, con la población metida en la burbuja en que se
preocuparon de meterla los nuevos administradores, diciendo que cambiarían todo
para no cambiar nada, solo un maquillaje para hacer pasable una
institucionalidad antidemocrática y llena de maquinaciones, pensada para
impedir la soberanía popular sobre los bienes, los medios y la sociedad, y que
hasta hoy es la gran disyuntiva que tiene este país.
Los
politiqueros siempre han buscado se juzgue al FPMR por haber cometido “el gran error”
de creer que Pinochet no se iba, pero ninguno señala que estuvimos entre los
primeros en denunciar la política continuista y el rol administrador que
cumpliría la Concertación; y que la contradicción nunca fue entre democracia y dictadura,
sino entre un sistema que quedaba tal cual, y la voluntad o no de los nuevos
administradores de cambiarlo. Que además no nos subimos al carro de la falsa
victoria ni menos apostamos al mal menor; además de no creer que este sistema
se pudiera mejorar por adentro, corroborado por 25 años de Concertación en el
gobierno, y lo que es peor, la mayoría de los partidos cooptado por poder, el
dinero y sus beneficios, mientras la población sigue con igual o más penurias
que antes, por eso el inmenso rechazo a la “clase política” existente, que
ahora es literalmente empresariado en cuerpo y alma.
¿Qué elementos llevaron a la crisis del Frente y a la necesidad del
Proceso de Discusión Interna (PDI)?
El PDI comenzó
en el 92, después del intento fallido de la “Consulta Nacional” interna que
buscaba soluciones al estancamiento y debilitamiento extremos a los que llegó
el Frente a fines del 90, pero que lamentablemente no atendió los problemas de
fondo, las soluciones políticas e ideológicas de la crisis, todo ello en un
marco de represión selectiva, muerte de compañeros en operaciones fallidas, intentos
de infiltración y cooptación, disputas internas y varios otros hechos que ese
mecanismo fue incapaz de contener.
El PDI fue un
cable a tierra, y nos permitió concluir que todas esas contradicciones que
arrastrábamos posterior a definirnos como organización autónoma e
independiente, se venían dando por no contar con un proyecto propio, que nos
permitiera establecer la estrategia, la táctica, el rol, los objetivos del
Frente para la nueva época, proceso que el Rediseño había enunciado sin tener estos
alcanzases. Igual se hicieron elaboraciones intermedias, pero todas redundando
en la lógica del momento y sin ir a lo sustancial y caminos de solución
objetivas, complejo panorama ante un escenario ideológico y político en franco
retrocesos mundial de la idea revolucionaria.
También se hizo
un interesante estudio y discusión sobre las concepciones que primaban en el
Frente dentro del PC o autónomos, las deformaciones ideológicas que
arrastrábamos y las nuevas que se habían manifestado al interior por la crisis
que nos tocó atravesar: el aparatismo, el operativismo, los análisis interesados
de la realidad, la relación instrumental con el pueblo y el mundo social, la
ausencia de políticas y líneas de construcción clara respectos al estado de la
lucha de clases del momento.
¿Cuáles fueron las conclusiones de este proceso finalizado en 1996?
Bueno, conclusiones
y resoluciones, ya que no bastaba con seguir constatando los problemas sin
adoptar una posición, opciones concretas.
Primero, si el
FPMR no contaba con un proyecto, la tarea estratégica era elaborarlo,
discutirlo y sancionarlo. Segundo, que el Frente debía superar su forma de aparato,
y constituirse en un instrumento político capaz de llevar acabo el proyecto que
se planteara, o sea la fórmula orgánica y las diferentes líneas de esta
construcción. Tercero, la necesidad hacer análisis y elaborar tesis política en
base a la realidad, y no hacer como venía sucediendo, ubicando a la realidad
como un simple teatro de operaciones militares y a la operación como un fin en
si mismo. Y cuarto, impulsar nuestra propuesta como un aporte a las
transformaciones y a la profundización de la lucha y el cambio social en el
país, teniendo al pueblo como sujeto y objeto de la lucha, en un contexto de unidad
latinoamericana y continental contra el Imperio.
El mismo año fue el “Vuelo de la Justicia”…
Si, claro, del
rescate de 4 militantes del Frente desde la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) en
un helicóptero el 30 de diciembre, ello fue además una reafirmación para la “Reorganización
del Rodriguismo”, la política que iniciamos a partir de las resoluciones antes
mencionadas, y que sentaron las bases de los contenidos y la forma con las cuales
se construyo el nuevo Proyecto Político del FPMR, sancionado en el Primer
Congreso de octubre 2003.
El FPMR a lo
largo de su andar, a pesar de la forma militar como se le conoce, se ha guiado siempre
por contenidos políticos, por ello ratificamos en el 2003 continuar siendo una
organización “político-militar”, con el Rodriguismo como pensamiento y experiencia
propia, y la doctrina Marxista y Leninista de herramienta para encarar la lucha
de clase y el cambios sociales revolucionarios a nivel general.
Sujetos a la
“Rebelión Popular” a principio de los 80 como “brazo armado del pueblo” nos sumamos
a política antidictatorial de la oposición de izquierda. Siendo autónomos en el
87, con la estrategia de Guerra Patriótica Nacional, intentamos atravesarnos en
el plan continuista del pinochetismo y pasar a niveles superiores el alzamiento
popular. Y desde la Reorganización del Rodriguismo en adelante, pero ahora con
proyecto propio, desde la base social avanzar en una construcción y correlación
de fuerzas que viabilice un cambio revolucionario a nivel nacional y
continental.
¿Qué acciones político-militares connotadas acompañan este proceso?
Durante la
etapa de “Rebelión” los sabotajes al tendido eléctrico y múltiples acciones
propagandísticas armadas. En el Plan de Sublevación, el ingreso de toneladas de
armamento gracias a la solidaridad e internacionalismo, y por supuesto el
llamado “Tiranicidio”, o atentado a Pinochet el 7 de septiembre 1986. Como organización
autónoma, el secuestro y posterior entrega en Brasil del Coronel de Ejército
Carlos Carreño (septiembre-diciembre 1987); la toma de poblados en octubre de
1988 donde son detenidos y ejecutados Raúl Pellegrín y Cecilia Magni (Tamara); también
la campaña “Impunidad Jamás” que hizo justicia sobre reconocidos esbirros, como
Roberto Fuente Morrison (“el Wally”), Luis Fontaine Manríquez, entro otros
criminales del pueblo, donde salvaron Gustavo Leigh ex-miembro de la Junta y el
Fiscal Torre. Y claro, por su actualidad el caso del autor intelectual del
régimen dictatorial y su constitución nefasta, Jaime Guzmán (civil UDI, articulador
político de la mano dura pinochetista).
El “caso
Guzmán” se ha transformado en el último tiempo en un hoyo político, más que
jurídico o símbolo de la “democracia herida” donde lo quiso poner la derecha
pinochetista desde un principio. Ahora es un instrumento con el cual la UDI
presiona al propio gobierno de Piñera tras sus fines (como el burdo intento de
enjuiciar a Raúl Castro en su asunción a la presidencia de la CELAC), y además,
una cartita bajo la manga contra la Concertación por su vinculación con el
ex-dirigente del Frente que colaboró con la llamada “Oficina” (Enrique
Villanueva), al cual tienen de chivo expiatorio en materia de guerra de
inteligencia e imagen en materia de ddhh. Villanueva en este sentido, una vez
más está obligado a jugar a dos bandas, escapando de su verdadera historia pero
sin abandonarla, tirando voladeros de luces para no perder por ninguna parte.
Hasta el 91 aun ponía su arma personal en la mesa antes de comenzar una
reunión, y ahora se presenta como la paloma de la paz y el símbolo del
“arrepentimiento”, ayudado en su blanqueamiento por diputados Concertación-PC
en una carta abierta, firmada y timbrada con el membrete de la Cámara! (por qué
no habrá firmado Marcelo Schilling?)…bueno, la traición tiene cara de hereje…
¿Cuáles son hoy los principales lineamiento del proyecto del Frente
hoy?
Ser un
instrumento para la lucha. Nuestros planes están orientado a impulsar un
proyecto revolucionario del pueblo, de la resistencia y rechazo al
pinochetismo, que es el modelo neoliberal Capitalista que la clase dominante se
esmera en sostener para seguir viviendo a costa de las y los trabajadores,
explotando, reprimiendo y dejando en la miseria a los distintos pueblos,
saqueando las riquezas del territorio, tal como viene haciendo la burguesía
entreguista y proimperialista en toda la región, salvo cuando se les ha cerrado
el paso.
Estamos intentando
desarrollarnos en todos los ámbitos, menos donde se legitime el modelo
instaurado, de los acomodos y pacerla partidistas, alejados lo más posibles de
las concepciones electoreras y sectores que dejaron de creer en la clase y se
burocratizan, el reformismo más odioso desde donde escalan posiciones
administrativas como monaguillos en un púlpito. En lo táctico nosotros, seguiremos
confrontando al continuismo desde fuera de la institucionalidad pinochetista,
y en lo estratégico, avanzando en una correlación integral de
fuerzas a nivel nacional y continental por el cambio revolucionario, por el
socialismo.
¿Y que piensan de quienes se han abstenido antes, o llamaban al voto
nulo o blanco, y hoy apuestan por candidaturas…
Es cierto,
existen algunos sectores de izquierda que vienen intentando desde lo popular
instalar un discurso y liderazgo en la estructura del poder vía elecciones con
el objeto de cuestionarlo, y aunque respetamos esa opción, no la compartimos.
Pues estamos convencidos que así como el mundo popular exige otros paradigmas
para la solución de sus problemas, también para acabar con la camisa de fuerza
dejada por los pinochet, guzmanes, derecha fascista y cia., y continuada por
los concertacionistas, debemos romper la lógica legalista, las soluciones
electoreras, de partidos instrumentales, de unidades pegadas con chicle, o
creados desde círculos fragmentados de ex-militantes que al final cuando no
resulta el experimento, nadie da cuenta de nada. Fórmulas que al final no
afectan al sistema, desvían las fuerzas y desmovilizan incluso. No es casual
que apenas se inician los periodos electorales, bajen sustancialmente las
movilizaciones como sucedió a los estudiantes, porque los partidos
tradicionales literalmente substraen a sus militantes para candidatearlos o
meterlos como mano de obra barata en las campañas.
No queremos
decir con esto, que nuestra táctica sea mejor que otras, o más consecuente.
Solo defendemos una postura que por años se ha venido desarrollando a nivel de
los territorios con otras organizaciones hermanas, porque pensamos que la
ligazón con el mundo popular y su articulación no pasa por decisiones cupulares
ni representaciones superficiales, sino con la existencia, participación y reciprocidad
entre iguales para la construcción de una fuerza propia del pueblo, la que se
forja y representa así misma, y que asume todas las formas de lucha pero desde una
práctica revolucionaria en ascenso y confrontacional.
¿Pueden explayarse un poco más sobre este punto?
Los
rodriguistas del FPMR, estamos hace mucho tiempo trabajando para constituirnos
en una organización revolucionaria integral, y tenemos un proyecto en
desarrollo para ello. En este camino hemos ido definiendo la línea política, la
táctica y estrategia que nos permiten hacer planes con objetivos para el
período. No pretendemos vivir de las glorias pasadas, el caudillismo o ser una
secta. Y es falso que nosotros no tengamos política de masas, o no estemos insertos
socialmente, la diferencia es que lo hacemos de manera reservada y buscando no
suplantar los espacios legítimos de los trabajadores, estudiantes o pobladores,
con articulaciones desde su identidad, superando la autoreferencialidad, y con
herramientas sociales o políticas que aporten a la lucha reivindicativa y la
mejor organización del campo social y popular.
Claro, tenemos
muchos puntos por resolver aun, en especial desde que decidimos sacar el
Segundo Congreso a la pizarra, asumiéndolo no como un evento o la elaboración
de un documento, sino como un medio para avanzar en el plan de lucha y
organización desde la coyuntura, atendiendo los elementos no resueltos de
manera sustancial y estando junto al descontento social. Fundamental es para
nosotros hoy por ejemplo, resolver aunque sea en términos conceptuales el
problema de la construcción de poder popular desde un punto de vista estratégico, y
el tema del poder político en lo táctico, una definición crucial para
desplegar desde la base y por los caminos que el movimiento popular adopte, la
construcción de fuerzas político y militares que creemos requerirá el proceso a
mediano y largo plazo.
Apropósito de esto último, los hechos de Junín de Los Andes en el
2012, generaron gran repercusión política, hasta el punto que apócrifos FPMR y
MIR buscaron desligarse de Alexis Cortés y Jorge Salazar.
Bueno, lo
primero es destacar el orgullo y la alegría que ha significado para nosotros,
la familia de los hermanos y las organizaciones y personas que solidarizaron,
que todo saliera bien, y que la cadena desplegada haya ayudado a proteger la
vida y la libertad de estos dos combatientes, tanto en lo físico como lo
emocional. Hoy ellos siguen trabajando con la misma o más fuerza
internacionalistas que antes del fortuito incidente.
Hay que
señalar, que no era la intensión de enfrentarse a la policía, menos que cayera
uno de ellos, pero en defensa de su integridad y las altas labores que
desempeñaban tuvieron que hacerlo. Su rol en la clandestinidad no es por gusto,
sino porque como luchadores sociales han debido adoptar esa forma para proteger
y protegerse de la persecución y la muerte en el largo proceso que viene
pariendo Latinoamérica por la liberación del Capital y el Imperio. Y con el
cerco mediático, policial y militar automático establecido entre Chile y
Argentina, quedó más que evidenciado que con “democracias” y todo, el aparato
contrarevolucionario sigue funcionando tal cual como operó durante los años más
duros de las dictaduras de uno u otro lado.
Respecto a las “declaraciones”
que negaban su militancia, no esperábamos más por la visión que sabemos existe
tras quienes las elaboraron y el interés pequeño que los impulsó. Ciertamente
los que dieron mayor rimbombancia a estas versiones, fue la prensa oficial y
más derechista tanto de Chile como Argentina, pues de esta manera podían
cazarlos y ejecútalos como simples “criminales”. En esa mismas fechas como
parte del plan “antisubversivo”, nos sacaron nuestra página web del servidor,
pero dejaron el apócrifo “www.fpmr.cl”, que es manejado por el mismo que
escribió uno de estos comunicados, un delator que en mayo de 2010 (Gálvez)
había sido expulsado de la organización por esta y otras conductas, situación
que la inteligencia al menos en Chile manejaba y utilizo a su favor.
¿Alguna cosa que agregar antes de cerrar la entrevista?
Si, claro.
Primero saludar a nuestros hermanos y compañeras de Argentina, a todos y todas
los que tendrán la oportunidad de leer este nuevo medio, y al esfuerzo también
que existe detrás de él. Darles nuestro compromiso de seguir trabajando juntos,
de seguir pensando en Nuestra América como lo hicieron los próceres
independentista, y también héroes populares de nuestra tiempo como el Che,
Camilo, Santucho, Sendic, Miguel Enríquez, Raúl, Tamara, y miles de hombres y
mujeres que han puesto su pellejo para demostrar sus verdades y ser gestores
del cambio revolucionario.
Segundo,
destacar la necesidad de seguir avanzando en la unidad estratégica de los
revolucionarios, ir buscando los caminos que nos permitan sumar cada vez más
voluntades y acciones concretas para la convergencia de nuestras luchas, el
apoyo mutuo, el intercambio, la solidaridad y el desarrollo de un programa
común por las transformaciones sociales en esta parte del mundo.
Y tercero,
seguir bregando por la libertad de todas y todos los presos políticos aun
detenidos, como Mauricio Hernández (Ramiro) y Alfredo Canales en Brasil, Julián
Conrado en Venezuela, los detenido en Paraguay, Colombia, Argentina, Chile,
entre otros países, y en particular nuestros hermanos mapuche procesados y
perseguidos injustamente por la Concertación antes, y los piñeras en estos
momentos.
Abrazos de
nuestra parte… Con la fuerza propia del Pueblo, hasta vencer o morir!
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